El robot Curiosity de la NASA está ascendiendo por una montaña
marciana estratificada y encontrando en ella evidencias sobre cómo
cambiaron hace muchos millones de años los antiguos lagos y entornos
subterráneos húmedos, creando ambientes químicos más diversos que
aumentaron la capacidad del terreno para acoger vida microbiana.
Así era el Cráter Gale cuando tenía un
lago. Como en la Tierra, los lagos marcianos eran la expresión
superficial de un sistema mucho mayor de aguas subterráneas. Los
espacios entre granos minerales y en las fracturas pétreas estaban
saturados de agua a niveles por debajo de la capa freática (línea azul
de puntos). Esta agua subterránea circulaba debido a la gravedad y la
topografía, dentro y alrededor del cráter. (Imagen: NASA/JPL)
La hematita, los minerales de arcilla y el boro se hallan entre los
ingredientes que en la citada montaña han resultado ser más abundantes
en estratos a mayor altitud, en comparación con las capas de cotas más
bajas y antiguas examinadas anteriormente durante la misión. Los
científicos están debatiendo qué significan estas y otras variaciones en
lo que respecta a las condiciones bajo las cuales fueron depositados
inicialmente los sedimentos, y cómo el agua subterránea que se movía a
través de los estratos acumulados alteró y transportó los ingredientes.
Los efectos del movimiento del agua subterránea son muy evidentes en
las vetas minerales. Las vetas se formaron allí donde las grietas en los
estratos se llenaron con sustancias que habían estado disueltas en la
propia agua. Esta, con sus contenidos disueltos, también interactuó con
la matriz rocosa que rodeaba las vetas, alterándose la composición
química tanto en la roca como en el agua.
Tal como han comprobado John Grotzinger, del Instituto Tecnológico de
California (Caltech) en la ciudad estadounidense de Pasadena, Thomas
Bristow de la NASA en Estados Unidos, y otros miembros del equipo
científico del Curiosity, hay mucha variabilidad en la composición a
diferentes elevaciones, y esto es un indicio muy delatador de las
antiguas condiciones hídricas en Marte.
El mineral hematita es una de las pistas sobre las cambiantes
condiciones del pasado de Marte. Ha reemplazado a la magnetita, menos
oxidada, como el óxido de hierro dominante en las rocas que el Curiosity
ha perforado recientemente, a diferencia de lo detectado en el lugar
donde el robot encontró por vez primera sedimentos de lecho lacustre. La
hematita podría denotar que en su día el terreno marciano disfrutó de
condiciones más cálidas, o que hubo una mayor interacción entre la
atmósfera y los sedimentos.
Otro ingrediente que se está incrementando en mediciones recientes
del Curiosity es el boro. Se trata de un elemento químico muy conocido
por estar asociado a lugares áridos donde se ha evaporado mucha agua.
NCYT
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